miércoles, 30 de octubre de 2013

Apolo y Daphne

Apolo, como gran cazador que era, quería ser el que matara a la serpiente Pitón, temida por todos, que habitaba escondida en el monte Párnaso. En el intento de matar a la serpiente con sus flechas, ésta moribunda y casi sin fuerzas se fue deslizando tratando de escapar del alcance de las flechas hacia el templo de Delphos.  Allí, Apolo, acabó con ella dejando un problema tras él: el asesinato de la Pitón había sido tomado por los dioses que habitaban en el templo como una ofensa.
Apolo, el cuál había reclamado el templo de Delphos para él, se burló de Cupido, hijo de Venus y de Marte, por ser un chiquillo que empuñaba un arco y unas flechas cuando él, poderoso, había matado a la temible Pitón. Entonces, el pequeño Cupido cogió dos flechas de su aljaba: una tenía la punta de oro e infundía amor; la otra era de plomo e inspiraba desprecio. Le disparó la primera a Apolo y la segunda a Daphne. Apolo enamorado de la ninfa Daphne, hija de la Tierra y del río Ladón la persiguió y cuando la iba a alcanzar, la ninfa le pidió ayuda a su padre, que la transformó en laurel. Pese a esto Apolo no desistió y con la mano derecha en el tronco del laurel afirmó seguir sintiendo el latido de su corazón y añadió: 
    "Pues veo que ya no puedes ser mi esposa, al menos serás un árbol consagrado a mi deidad. Mis cabellos, mi lira y aljaba se adornarán de laureles. Tú ceñirás las sienes de los alegres capitanes cuando el albrozo publique su triunfo y suban al capitolio con los despojos que hayan ganado a sus enemigos. Serás fidelísima guardia de las puertas de los emperadores, cubriendo con tus ramas la encima que está en medio, y así como mis cabellos se conservan en su estado juvenil, tus hojas permanecerán siempre verdes."
Desde entonces, el laurel es el símbolo de Apolo y con él se galardona a los vencedores, artistas y poetas.

El mito recae en la continua lucha del ganador, que a su vez se ve reflejado como una persona inocente que se contenta con cualquier cosa. Es decir, Apolo, caracterizado como ganador, cae enamorado de Daphne (arrastrado por su misma culpa ya que al matar a la serpiente se crece y se burla de Cupido quien le lanza las flechas) y cuando la ninfa es transformada en laurel, el orgulloso Apolo perdidamente enamorado, da por válido el laurel y se queda con él.

1 comentario:

  1. Dos cosas Sergio: Este tipo de entradas requiere referencias ¿Cuáles son las fuentes? Otra: la interpretación es confusa: no veo porque Apolo es "una persona inocente que se contenta con cualquier cosa". El mito habla del orgullo y del amor.
    Saludos

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